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La Navidad es una de las fiestas más importantes del cristianismo. La fiesta propone celebrar la natividad de Jesús.
Es poco probable que la fecha adjudicada sea la real. Siguiendo Lucas 2:8 los pastores cuidaban ovejas al aire libre con un cielo estrellado, hecho no frecuente en el invierno del norte. Igualmente la fecha fue asumida por convención, y data del año 386, Antioquía, donde Juan Crisóstomo impulsó el 25 de diciembre.
De todas maneras la fecha ya era reconocida en el Imperio Romano donde era fiesta sacra del “Nacimiento del Sol Invicto”, asociada al nacimiento de Apolo. Y el papa Julio I pidió celebrar la Navidad esa fecha para facilitar la adopción de la religión.
Con la Reforma Protestante la Navidad fue prohibida en algunas iglesias por estar asociadas al paganismo antiguo. En 1647 los puritanos ingleses, llegados al poder, la prohibieron, volviéndose a permitir en 1660. Por su parte en la América colonial fue rechazada por los puritanos desde 1659 hasta 1681. Con la llegada de la revolución a Estados Unidos, cayó aún más en descrédito por asociarse a una costumbre inglesa.
En 1820 las tensiones sectarias en Inglaterra se habían aliviado y comenzaron la reinvención de la Navidad, la cual estaba en vías de desaparición. Desde lo cultural se hizo hincapié, así el libro de Charles Dickens “Un cuento de Navidad” (1843) desempeñó un importante papel atribuyendo valores de buena voluntad, compasión y fiesta familiar.
Y fue hasta 1870 que en Estados Unidos, se la declaró día feriado por el presidente Grant, sin mayores penas ni glorias.
Fue en la primavera de 1931 cuando Coca Cola experimentaba una muy mala época. Por Comenzar a correrse el rumor de que dicha bebida no era del todo saludable.
Fue entonces cuando la directiva de la empresa decide crear una publicidad navideña en torno a Santa Claus, que en aquel entonces era representado de varias formas, entre ellas, como un gnomo pequeño y regordete, bondadoso y a medio camino entre la fantasía, la religión y la magia. Así crearon una campaña publicitaria donde Santa estaría recibiendo peticiones de niños en varios puntos comerciales de la ciudad. Y aunque esta campaña fue exitosa . La empresa pidió al pintor de Chicago (pero de origen sueco) Habdon Sundblom que remodelara el Santa Claus que hasta entonces habían usado.
El artista, que tomó como primer modelo a un vendedor jubilado llamado Lou Prentice, hizo que perdiera su aspecto de gnomo y ganase en realismo. Santa Claus se hizo más alto, grueso, de rostro alegre y bondadoso, ojos pícaros, amables, y vestido de color rojo con ribetes blancos, que eran los colores oficiales de Coca-Cola.
El personaje estrenó su nueva imagen, con gran éxito, en la campaña de Coca-Cola de 1931, y el pintor siguió haciendo retoques en los años siguientes. Muy pronto se incorporó a sí mismo como modelo del personaje, y a sus hijos y nietos como modelos de los niños que aparecían en los cuadros y postales. Los dibujos y cuadros que Sundblom pintó entre 1931 y 1966 fueron reproducidos en todas las campañas navideñas que Coca-Cola realizó en el mundo, y tras la muerte del pintor en 1976, su obra y la Navidad ha seguido difundiéndose constantemente como sinónimo de paz, amor y consumo.