Pudiendo ser concebido como perteneciente al género de cuentos cortos, el relato logra una estructura poco convencional, q a mi entender, genera hasta cierto malestar en el lector. Malestar aplaudido a la hora de mover a nuevas creaciones de la imaginación de quien lee.
Gracias Lola por habernos obsequiado el relato...
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El sol no lograba abrirse paso a través de las nubes.
La calle se veía gris, desolada, triste, desde el ventanal del comedor. Se acercó un poco más, el vidrio le devolvió su imagen y se empañó. Ya no era un chico, se veía como se sentía, de mil años.
Había sido una noche difícil, por más que lo intentó no pudo dormirse. Convencido de la imposibilidad de lograrlo quiso ordenar sus pensamientos, pero le resultó irrealizable, estos se escondían, veía sus sombras, corrían carreras, no lograba asirlos. Cuando comenzaba a armar una idea se le escapaba. Un estado de nerviosismo comenzó a ascender desde s us piernas como un huracán contenido, una furia latente, una tormenta en ciernes. ¿por qué se sentía así? ¿por qué estaba así?
Ja ja. Si lo sabes bien.- se dijo.
Él, en la soledad de la noche interminable, escribió una búsqueda, pensando en ella... y tiró la botella al mar.
En la mañana recibió un silencio.
Entonces miró al cielo y a pesar de la lejanía, sabía que era el mismo para los dos... levantó las manos, las introdujo en el aire. Sintió que ese mismo aire los envolvía a ambos y que al tocarlos la tocaba... por un momento funcionó.
Luego, creyendo en la misma magia, decidió mandarle un mensaje que solo sus oídos recibirían.
Susurró un – Hola Hermosa!- a la distancia. Que por la hora era una desubicación... pero también una necesidad irrefrenable a hacerlo.
Y esperó la respuesta en su celular.
Lola.
Muy bueno. Breve pero intenso. Felicitaciones!
ResponderEliminarBeso
Mara